Son la ventana a nuestro inconsciente. Es una buena alternativa para aquellas personas, sean, niños, adolescentes y adultos, que les cueste trabajo expresarse y que da rienda suelta a la creatividad para manifestar pensamientos y sentimientos guardados. Promueven el encuentro con uno mismo y con las emociones, pudiendo acceder a conflictos profundos que son difíciles de llegar a través de la palabra.
Entre las terapias creativas se encuentran: la terapia de arte, la danza terapéutica, la musicoterapia, la drama-terapia, la terapia poética o escritura-terapia, entre otras. Todas ellas generan resultados más integrales. Sus aplicaciones están en las áreas de educación y salud mental. Las utilizo con aquellas personas con problemas sensoriales, físicos-motores o de adaptación social como en el caso de Síndrome de Down, autismo o Alzheimer. Niños con problemas de aprendizaje, fobias, depresión, déficit de atención o problemas de hiperactividad.
También para personas con trastornos de alimentación, adicciones, ansiedad y estrés. Víctimas de violencia física, psicológica y sexual. Refugiados, reclusos y otros problemas de carácter social.